FKT Trans Izta Pospuesto

La montaña es generosa y más si escuchamos sus mensajes.
La pasada semana estaba realizando los recorridos de reconocimiento para el intento de velocidad de la travesía piés-cabeza de la Iztaccíhuatl.
A lo largo de los días se trazó una ruta bastante más técnica que la del Nevado de Toluca, con algunas trepadas más expuestas y el estado de la roca claramente más descompuesto. Lo estaba disfrutando mucho y con la confianza adquirida en el Nevado me hacía mover con facilidad.
Los días se exprimían con jornadas largas en la montaña reconociendo cada roca como sucede de costumbre. Y fué así como poco a poco las nubes fueron llegando, la lluvia no cesaba y en la parte alta la montaña un vestido blanco portaba. La nieve y lluvia combinadas con el sol hicieron que muchas secciones se volvieran más complicadas, a parte se tenía que ir más equipados en caso de tormenta y eso pesaba. El clima hacía los días más largos y la montaña se volvía más peligrosa. Cada que subía algo nuevo se había derrumbado, la piedra se había aflojado. Aún así hice un par más de reconocimientos y fué en estos donde me dí cuenta que para hacer algo así y tan ligero era más prudente esperar.
La montaña ahí se va a quedar y no tengo prisa por hacer este sueño, la familia y amigos me esperan abajo, esto me da oportunidad de prepararme mejor y aprender de mis errores. Contra la naturaleza uno no se puede poner. La temporada de lluvias es hermosa y aún así para estos proyectos no es lo más conveniente.
Esto es un hasta pronto, me voy contento porque fueron unos días de mucho goce y se que aún faltan muchos más como este.


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